Profesor Roger Figueredo Rodríguez (1930-2000)
Roger Figueredo nació el 1ro. De Septiembre de 1930 en el poblado de Yara, ubicado en el municipio de Manzanillo, en la provincia de Granma. Allí comenzó sus estudios primarios que concluyó en La Habana, graduándose de bachiller en ciencias el 7 de septiembre de 1948. No fue su padre, de origen campesino, quién le despertó el entusiasmo por la medicina, pero sí le trasmitió otras características que formaron el núcleo de su personalidad, como laboriosidad, la perseverancia, la sencillez y la honestidad.
Estudió en la Universidad de La Habana, donde obtuvo el doctorado el 27 de junio de 1956. Por las calificaciones obtenidas logró por concurso ser designado alumno interno del 6to y 7mo, posteriormente médico interno en el hospital “Mercedes” de la capital.
La inclinación del Dr. Figueredo por la neurocirugía comenzó con el inicio de sus actividades laborales en 1950, después de concluir el 2do. Año de la carrera, como alumno ayudante en el equipo neuroquirúrgico del Hospital “Mercedes” bajo la dirección del Dr. Picaza. Presentó como tesis para el doctorado en medicina un “Estudio anátomo-clínico de la hernia del disco intervertebral lumbo-sacra”. En esta etapa de su vida conoció a Esther Méndez, enfermera del mismo hospital con la que contrajo matrimonio el 14 de enero de 1956, siendo su compañera inseparable y apoyo familiar en la crianza de sus 4 hijos, que le permitió casi por entero su dedicación a la neurocirugía. Durante este período de entrenamiento en la especialidad y posteriormente su vida se caracterizó por una intensa actividad, que nunca cesó hasta la muerte. Desde 1956 ocupó diferentes débitos asistenciales creando varios servicios y trabajando como jefe de los servicios de neurocirugía del Hospital Pediátrico “Angel Aballí” (1956-1960), del Hospital “William Soler” (1960-1962, del “Instituto de Cirugía Ortopédica (1959-1960), del “Hospital Pediátrico “Pedro Borrás” (1959-1961), en el Hospital “Manuel Fajardo” (1960-1961) y en la Clínica “Hijas de Galicia” (1961-1962). Esta intensa y simultánea actividad la realizó en los primeros años que siguieron al triunfo de la Revolución en enero de 1959, momento en que la especialidad quedó reducida a solo tres neurocirujanos titulados y 8 alumnos. En este período de efervescencia revolucionaria se hizo miliciano y participó en diferentes movilizaciones militares. La intensa actividad asistencial asignada como neurocirujano en esta etapa, le impidió desarrollar una mayor participación en las gestas militares revolucionarias como hubiera sido su deseo, no obstante demostró en toda su vida ser un revolucionario cabal y defensor de los principios justos de la Revolución Cubana.
Desde 1962 al fundare el Instituto de Neurología y Neurocirugía, ocupó la dirección del departamento de neurocirugía, desde donde desarrolló su mayor contribución al progreso de la especialidad y a la formación de varias generaciones de neurocirujanos que han extendido el desarrollo de la neurocirugía a través de todo el país. Además en la etapa inicial se desempeñó como Subdirector de Docencia y Asistencia Médica. En 1968 recibió entrenamiento en cirugía estereotáxica en Suecia con el profesor Lars Leksell, procedimiento que introdujo posteriormente en la institución. Fue miembro fundador de la Sociedad Cubana de Neurología y Neurocirugía y del Grupo Nacional de la especialidad asesora del Ministerio de Salud Pública. Además obtuvo las categorías de Profesor e Investigador Titular en la especialidad. Su aporte a la neurocirugía cubana la desarrolló en diferentes campos de la especialidad como la microcirugía, la estereotaxia, cirugía de la epilepsia e hipofisaria, así como en la patología discal y tumoral, entre otras. Siempre fue un gran conocedor y estudioso de la anatomía topográfica y microquirúrgica, considerándolo de gran importancia en la formación neuroquirúrgica. Su mayor contribución la realizó en lo referente al manejo neuroquirúrgico de los aneurismas intracraneales, en el que desarrolló una gran experiencia, como por ejemplo en la utilización del arresto circulatorio total en el tratamiento de aneurismas de gran complejidad y el uso del poliuretano esponjoso como material de reforzamiento de los aneurismas y control del sangramiento precoz durante la disección de los mismos. Toda la experiencia se ha trasmitido en publicaciones y presentaciones en diferentes congresos y reuniones científicas.
El Profesor Figueredo fue un trabajador incansable, de carácter fuerte y exigencia absoluta para ofrecer las mejores posibilidades para el tratamiento a los enfermos bajo su cuidado. A pesar de sufrir un infarto cardiaco en 1992, con su recuperación mantuvo plena dedicación a la neurocirugía hasta ocho años después en que presenta un segundo ataque cardiaco del cuál no se recupera, falleciendo el 26 de abril del 2000.
Queda en las nuevas generaciones de médicos un ejemplo de dedicación a la profesión y una escuela a seguir donde lo más importante representa el bienestar del enfermo que necesita de la mayor entrega del profesional de la salud.